jueves, 2 de abril de 2015

Crónica de lo vivido el 29M en Madrid.

Eran las diez y media de la mañana cuando se agotaron las entradas para el apartado. Un gran ambiente en los alrededores de la Catedral del Toreo. Los bares de la zona no admitían a una persona más. No era para menos, una apuesta cargada de valentía, y de eso que queremos los aficionados, decir "hasta luego" al monoencaste y abrir puertas a la diversidad de encastes.
La apuesta no fue lo que todos queríamos que fuese. Se pudo ver a un Iván Fandiño muy valiente con su gesta, pero poco con lo vivido en el albero, las palabras que había concedido de vida o muerte de diluían y el aficionado venteño se cansó de aguantar la poca disposición del matador hacia los tendidos.

Las seis menos cuarto. Manifestación de energúmenos antitaurinos en las puertas de las Ventas. Rápida actuación de la Policía, que hizo que no hubiese males mayores. Cabe destacar que la afición presente plantó cara, hartos de callar. A las seis en punto se cuelga el cartel de "No hay billetes". Tras hacer el paseíllo, se quiso tener un gran detalle, guardando un minuto de silencio por las víctimas del accidente de avión en los Alpes. Interrumpido en varias ocasiones por anormales cargaditos de Gin, y de nuevo, ataques antitaurinos dentro de la plaza. Inútiles los personajes de ambos casos.

Saltaba al ruedo en primer lugar el Toro de Partido de Resina. Armónico, muy guapo de hechuras. Una pintura con dos perchas que quitaban las ganas de torear, Aplaudido fuertemente de salida. Acusó de falta de fuerzas desde que salió y los aficionados comenzaron a mostrar sus protestas. Se mostró en la muleta descastado, pero se movió muy bien por el pitón izquierdo. Aún así, debería haber sido devuelto a corrales, y más, en Madrid. El bello animal se quedó con eso, bello, y se fue despedido entre pitos, mientras que Iván recibió silencio.

Salió segundo el de Adolfo. Veleto y ligero. Lo recibió metido en tablas, incomprensiblemente. Se pudo gustar con sus lances. En la suerte de varas solamente empujó con un pitón, el izquierdo. Es brindado al público. Se le es concedido el don de la humillación. Era toro para hacerle todo por abajo. Mucha calidad y con muchas posibilidades de triunfo, para cortarle las dos orejas. Comienza sin probar, con la derecha,  una tanda emocionante que decidió ponerle fin cerrándolo en tablas, sin ninguna excusa lógica. Aquí es donde empiezan los enganchones de muleta y esto hizo que el nerviosismo de Iván floreciese. Nos quedamos sin ver al Torazo de Adolfo y descubriendo la actitud del de Orduña. División para el Toro y los primeros pitos para Iván.

En tercer lugar saldría el de Cebada Gago. aquerenciado y no sobrado de fuerzas. Un cero en varas y defendiéndose con la cara alta en banderillas. Llegó a la muleta con embestidas muy desiguales, que no quiso ni ver el torerín. No supo o no quiso, duda que cogía peso hacia la segunda opción. Terrenos completamente desfavorables, donde sacó su perfil de pega pases, que no es lo mismo que torear. Faena sin sentido, que dejó sin ver el de Cebada a la afición presente, que haría sonar pitos para ambos.

Saldría entonces Toro de la cara o cruz, un pedazo toro de José Escolar que dejó su firma desde los inicios capoteros. Emocionante en varas. Una suerte de Varas bien realizada en la que empujó en su primer puyazo y se arrancó desde los medios en el segundo. Esto y la presentación del de Partido de Resina es lo único que sirvió para pagar la entrada. Se despidió a Israel entre una ovación de escándalo. Javier Ambel también hizo que la afición reconociese su trabajo con la brega, y además se desmonteró la cuadrilla, Un espectáculo digno de ver, No fue fácil el animal. No es lo mismo José Escolar que Parladé y parece ser que a Iván Fandiño se le olvidó este aspecto. No lo vimos en la muleta. De nuevo, escogió terrenos desfavorables, e incluso toreó perpendicular a tablas. Una vergüenza. Inseguro y nervioso. Esta fue la gota que colmó el vaso, y fue recompensado con pitos, y el Toro que se quedó sin ver pero que todo lo que hizo fue bueno, se arrastró acompañado de una fuerte ovación.

Sale el de Victorino, que tomó dos puyazos emocionantes. Este sería el momento en el que e lesiona los cuartos traseros y es sustituido por un becerro con cuernos de Adolfo Martín. Se empleó en el saludo capotero, reponía. Se dejó pegar en varas y llegó con mucha casta y fuerzas a la muleta, donde Fandiño no lo quería ni ver. Inseguro por ambos pitones, cogió la espada y a matar. Otro más de los que se fueron sin demostrar su bravura... O demostrada, pero no aprovechada. División para el Toro y pitos para Fandiño.

En último lugar saldría la vaca mal formada de Palha. Pronto en el caballo, desde lejos. Llegó a la muleta acusando falta de fuerzas, pero encastado. Ni una tanda le dio el mal llamado torero, Se quedaba corto dicen... mentira. Todos los pases que dio fueron acompañados de enganchones. TODOS. Penoso y desastroso planteamiento de Fandiño. Pitos para ambos.

Abandonó la plaza entre pitos y alguna almohadilla, además de algunos que quisieron premiar el gesto con palmas, Como colofón de la tarde, se marcó un "Baja tú y toreas". Sin comentarios.


Sube tú, y pagas.

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